Conoces a tu gato

Entendiendo a nuestro gato

Y aquí viene al fin, se acerca despacio, como despistado, como el que no quiere la cosa.. Nos mira, restriega su cuerpo por nuestras piernas, quizás deja caer algun dulce “meow”. Nosotros, desde nuestro sofá, le seguimos el juego y también hacemos ver que le ignoramos y que no damos importancia a que esté ahí. Pero finalmente caemos en sus redes, nos dejamos enternecer por su cándida voz y sus ojitos tiernos, y le cogemos y nos lo ponemos en la falda.

Rascamos su suave carita, él levanta los cuartos traseros invitando a rascarle también en la base de la cola. Si está un poco de humor y le apetece acabará haciéndonos el favor de sentarse en nuestro regazo y nos permitirá que le sigamos rascando.

Pero al poco rato su ronroneo desaparece, empieza a mover la cola de un lado a otro e incluso puede que vuelva sus orejas hacia atrás. Y nosotros, con el despiste que nos caracteriza, seguimos rascándole, acariciándole.. Y es entonces cuando se gira hacia nuestra mano, la muerde y se marcha despavorido. “Oh, pero qué gato más raro y estúpido!!”, soltamos después.

Y es que si nuestro candoroso gato pudiera nos explicaria que pertenece a una especie programada para vivir en solitario aunque sea capaz de crear lazos sociales (por interés, si), y que el pobre es como un acumulador de energia emocional que si no encuentra una vía de escape caerá psicológicamente enfermo o desarrollará problemas psicosomáticos.

Él no nos ha pedido que le subamos a su regazo ni que le rasquemos. Quizás quisiera alguna caricia, sí, pero quizás también pudo estar pidiendo comida o simplemente saludar.. Pero como he dicho antes, nuestro pequeño amigo está realmente "aceptando" compartir nuestro estado de ánimo a cambio de algo, y si no se lo damos y además le forzamos a ser sociable (lo cual puede resultar beneficioso para la persona pero dudablemente para el gato), estaremos provocando que su salud psicológica ande por un alambre de los equilibristas del circo. El gato tiene necesidad de encontrarse solo en su ambiente, tranquilizarse con sus propias feromonas y su ronroneo, sin la interrupción intempestiva de los humanos en búsqueda de cariño.


Cuando no puede eliminar esa energia negativa, si no puede reestructurarse, el gato tenderá a desarrollar enfermedades propias del estrés, pero este tema merece ser tratado en profundidad en, quizás, un proximo artículo..

Este artículo ha sido escrito por Lourdes Sumalla

Comentarios   

 
# yolei 11-08-2010 02:01
me ha gustado leerte lourdes!

puede que a partir de ahora entienda mejor a los gatos de mi amiga... que tiene unos cuantos y segun mi forma de ver son algo rarotes... pero será eso, que yo no los entiendo!

buen artículo!
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