Fobias

¿ Por qué algunas mascotas tienen medio ?

"A veces oímos decir que cierto animal es un “cobardica” o “miedoso” para describir a aquella mascota huidiza, que hace todo lo posible para evitar ciertas situaciones (normales en apariencia) que le producen un estrés exagerado"

Algunos animales experimentan una reacción de miedo desmesurada frente a ciertos estímulos, debido a que sufren fobia. A pesar de que dichos estímulos se repitan a menudo, el animal no se habitúa y desencadena el mismo comportamiento una y otra vez, e incluso a veces se intensifica. Aunque la fobia tiene su explicación dentro del marco de la evolución (huir de desastres naturales por ejemplo, aumentando la posibilidad de supervivencia), resulta un problema para el animal y para la convivencia con su propietario. A veces oímos decir que cierto animal es un “cobardica” o “miedoso” para describir a aquella mascota huidiza, que hace todo lo posible para evitar ciertas situaciones (normales en apariencia) que le producen un estrés exagerado. Puede ser debido a:

- malas experiencias en el pasado, que asocia a algún tipo de estímulo

- la introducción de una novedad que rompe con lo establecido como normal por el animal

- estímulos sensoriales muy intensos, tales como ruidos

- interacción social con otros miembros desfavorable

Hay estudios que sugieren que el factor “miedo” se puede heredar en los genes. De todas formas, la socialización y la educación recibida, junto con sus experiencias, son muy determinantes en el desarrollo de un carácter más estable, sin fobias que supongan un problema de convivencia.

El caso más común es el miedo a ruidos extremadamente fuertes, como rayos durante las tormentas y fuegos artificiales. El animal sufre temblores, respiración rápida, salivación, micción/defecación inadecuadas, y en casos extremos puede hacerse daño intentando escapar.

Delante de este problema, es importante acudir al veterinario para pedir consejo. No es fácil corregir este problema de conducta, y muchas veces depende de la naturaleza del estímulo responsable. Es importante determinar con exactitud dicho estímulo, la situación en la que se produce y la respuesta de nuestra mascota. Según el caso, se puede intentar una desensibilización, ayudados por fármacos tranquilizantes. Una exposición gradual sin forzarlo (empezando por una breve y muy leve), premiando la buena reacción, puede solucionar con tiempo y entrenamiento, ciertas fobias. El castigo o la exposición intensa y obligatoria, son muy contraproducentes. Tan poco hay que enfrentarse al animal cuando tiene una reacción de pánico, ya que podría redirigir su miedo a nosotros y atacarnos como consecuencia.


La fobia es un problema que requiere mucha paciencia para solucionarla. Si prestamos atención en la socialización (entre las 3 y 12 semanas de vida) y educación del animal, cuando es un cachorro, podremos evitar este inconveniente. Es muy recomendable asistir a clases de adiestramiento, ya que nos asesorarán y ayudarán en la educación de nuestra mascota, mejorando nuestra convivencia para disfrutar de su compañía.