Pseudogestación (1ª parte)

El embarazo psicológico

"Es un comportamiento heredado de su ancestro, que servía para cuidar cachorros en comunidad, de cualquier madre"


La pseudogestación o falsa gestación es el término veterinario utilizado para describir la conducta maternal desarrollada por algunas hembras, alrededor de los dos meses después del celo, sin que éstas estén preñadas, es decir, que es innecesario. Este comportamiento se ha descrito también en otras especies de carnívoros sociales como el lobo, y se considera normal en la vida salvaje ya que permite que los cachorros sean criados por diferentes hembras del grupo. Es más común en perras que en gatas, donde además, los síntomas son más leves

En el mundo de las mascotas, se trata como un problema menor de conducta, ya que normalmente desaparece por si solo al cabo de unos días, sin la necesidad de ningún tratamiento. Pero según el caso, puede durar más días y el comportamiento puede resultar un problema para su bienestar y para la convivencia con tu mascota. Es un motivo de preocupación para los propietarios, porque la ven intranquila o “muy preocupada”, sin un motivo real, y tenemos la sensación de que sufre o está estresada. Aunque el proceso es transitorio, da lástima y buscamos consejo veterinario.

Se caracteriza por los siguientes signos:
- conducta de nidificación: escoge una parte de la casa y construye una especie de nido con ropa o cosas similares que encuentra, como si fuera a tener cachorros.
- adopción de objectos como si fuesen cachorros; muchas veces adoptan uno de sus juguetes, y se lo llevan a todas partes, lo limpian con la lengua y lo vigilan de cerca, defendiéndolo si alguien se acerca. Hay que vigilar en estos casos en que se muestra territorial.
- irritabilidad y nerviosismo: vemos que está intranquila, lloriqueando sin motivo, mientras da vueltas por la casa como si buscase alguna cosa o no encontrara un sitio donde reposar.
- disminución de la actividad normal del animal, es decir, no juega, o no tiene ganas de salir de paseo
- pérdida de apetito y de peso. A veces van “picoteando” del comedero, pequeñas raciones. Si están muy inquietas, pueden tener vómitos. También se puede acompañar de una ligera fiebre.
- aumento del tamaño de las mamas y producción de un líquido seroso o parecido a la leche; en algunas ocasiones, pueden sufrir una infección, y requiere antibiótico. Notamos las mamas muy calientes, le duelen cuando las palpamos, a veces están muy duras, y el líquido que segregan es de color marrón claro, o sanguinolento. En caso de observar este signo, consulte su veterinario.