Parvovirosis

La pesadilla de los cachorros

"La Parvovirosis es una grave enfermedad, que puede resultar mortal para los cachorros. Se transmite con mucha facilidad y es necesario un tratamiento intensivo para ayudar al animal a superar la enfermedad. Por suerte, contamos con vacunas que evitan su infección"

La parvovirosis es una enfermedad vírica intestinal para la cual existe una vacuna que se recomienda aplicar entre las 6 y las 8 semanas de edad, según el tipo de vacuna y la pauta adoptada por su veterinario. Es altamente contagiosa, y se extiende con facilidad entre los individuos que no están protegidos, vía fecal. Es especialmente grave en los cachorros, por su falta de defensas y reservas para enfrentarse a la enfermedad, y puede resultar mortal. También se puede presentar en adultos, aunque no es tan frecuente, y suelen resistirla mejor. Las estadísticas muestran que razas como el Dobermann, el Rottweiler, el Pit Bull o el Labrador, son más susceptibles.

 

Este virus daña las células intestinales, así como también las células encargadas de producir defensas, haciendo al animal más sensible a infecciones oportunistas. En algunos casos el miocardio (en el corazón) también puede verse afectado. Los signos típicos de Parvovirosis son:

- vómitos severos

- diarrea, muchas veces con abundante presencia de sangre

- fiebre y apatía

- pérdida de apetito y de peso

- dolor abdominal

 

Los antecedentes y los signos acostumbran a guiar al profesional en el diagnóstico. Mediante sencillas pruebas se puede confirmar su presencia e iniciar el tratamiento de soporte. Por desgracia, no disponemos de medicamentos que puedan combatir el virus responsable (de ahí la importancia de la prevención mediante vacuna) y el paciente debe superar la enfermedad por si mismo; normalmente necesitan quedarse hospitalizados y aislados en el centro veterinario, para mantenerlos hidratados con fluidoterapia, combatir posibles infecciones con antibióticos, monitorizar su evolución y prevenir complicaciones derivadas. Un cachorro necesita cuidados intensivos durante unos días para superar la enfermedad, dado que es más débil y carece de fuerzas. Debemos tener en cuenta que está en crecimiento, y requieren mucha energía, pero esta enfermedad les impide aprovechar los nutrientes porque afecta al intestino.

Los animales afectados eliminan gran cantidad de partículas víricas por sus heces, que son muy resistentes en el medio ambiente y pueden contagiar a animales que no hayan sido vacunados, vía contacto con heces o a través de nuestros zapatos por ejemplo, que pueden transportar al virus. Si diagnostican esta enfermedad a nuestra mascota, tenemos el deber de informar a todos aquellos propietarios con los que haya podido estar en contacto, y limpiar bien con lejía los sitios en los que haya estado.

Dada la gravedad, recomendamos vacunar al cachorro siguiendo la pauta aconsejada por el veterinario. Además, se aconseja no pasear a un cachorro que no haya recibido todas las vacunas ni que esté en contacto con otras mascotas de las que no estamos seguros si están vacunadas. Existe el riesgo de que nuestra mascota se contagie y tenga que ser hospitalizado. La prevención nos dará tranquilidad y nos permitirá disfrutar con nuestro cachorro.