Birmano

Un gato de leyenda

Dice una leyenda, que hace muchos siglos las gentes de Khmer construyeron el templo de Lao-Tsun, para adorar a la Diosa de oro con ojos de zafiro Tsun-Kyan-Kse.

Mun-Ha, que era un sacerdote muy querido, a veces se quedaba arrodillado frente a la Diosa junto a Sinh, el precioso gato del templo. Una noche, una banda de ladrones asaltó el templo y Mun-Ha fue asesinado. Cuando Mun-Ha murió, Sinh posó sus patas sobre su maestro y miró a la Diosa de oro. Mientras lo hacía, el vello de su cuerpo se tornó dorado, sus ojos amarillos cambiaron al color azul zafiro, y sus cuatro patas adquirieron el color de la tierra, mas sus "manos" quedaron de un color blanco inmaculado, por la pureza de su maestro. A la mañana siguiente, los cien gatos del templo eran ahora dorados como Sinh, que no dejó el trono sagrado hasta 7 días después, cuando murió y llevó el alma de su Maestro al Paraíso.

Más alla de esta leyenda, . lo que se sabe con seguridad es que alrededor del 1919 una pareja de gatos Birmanos fué enviada de Burma a Francia. El macho no sobrevivió a las condiciones del viaje, pero la hembra, que estaba preñada, sí.. De ahí en adelante la raza se estableció en occidente, añadiendo a la sangre del Birmano la del persa y la del siamés.

La característica principal de esta raza, son sus calcetines blancos, que cubren las falanges, y deben ser, preferiblemente, simétricos, en las cuatro extremidades. En cuanto al color del manto, se aceptan los mismos “colour point” que en el siamés: Foca, chocolate, azul, lila, rojo y crema.

El Birmano es un gato muy sociable, al que le encanta vivir en grupo, dormir con otros gatos y asearse mutuamente. Los ejemplares de esta raza suelen ser muy afectuosos con sus dueños pero distantes con los extraños. Son alegres y juguetones aunque no amantes de juegos prolongados. El Birmano se adapta fácilmente a una casa cuyos habitantes pasen fuera parte del día, pero en este caso será mucho más feliz si está en compañía de otro gato.

Tània Salas

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