Manx

El gato sin cola

El origen más probable de esta raza sin cola, se remonta doscientos cincuenta años, a bordo de los galeones de la Armada Invencible Española.


Probablemente se produjo una mutación espontánea en los gatos de a-bordo, embarcados para controlar las plagas, con la consiguiente aparición de gatos sin cola (esta mutación es más habitual de lo que podríamos pensar). El gen mutante sería de carácter dominante, y cuando los barcos de la armada se hundieron delante las costas de la isla de Man, los gatos sin cola llegados a la isla, perpetuaron su peculiaridad.

Años más tarde los criadores cogieron estos animales como base para el desarrollo de la raza, cruzándolos cuidadosamente con gatos de cola completa, puesto que el cruce de dos Manx portadores del gen y por lo tanto sin cola da como resultado fetos inviables. Hoy en día se sabe que la ausencia de cola es debida a un gen dominante que afecta toda la columna y que en algunos ejemplares puede producir alteraciones graves. Este gen hace también, que las patas posteriores del Manx sean mas largas que las anteriores lo que da una peculiar forma de correr a este gato, parecida a la de un conejo.

La característica morfológica más importante en esta raza es la ausencia total o parcial de la cola, y según esta característica la raza se divide en cuatro categorías:

Rumpy: No tiene vertebras caudales ni sacrales
Rumpy-Riser: Posee alguna vertebra caudal, generalmente inmóvil.
Stumpy: Tiene alguna vertebra mas, pero no supera los 3 cm de cola.
Longy: Tiene la cola casi entera o incluso normal.

Con respecto a su carácter el Manx rompe con las leyendas negras que explican de los gatos. El Manx es un animal fiel, leal y que siente adoración por los amos. Sin haber perdido el instinto felino y cazador.

Tània Salas

www.imaginavet.com