Toxoplasmosis

en qué consiste y qué precauciones debemos tomar

La Toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria (causada por Toxoplasma gondii) que puede infectar cualquier mamífero por diferentes vías de contagio. Los gatos son el animal donde se encuentra este parásito con más frecuencia, pero también pueden estar presentes en el tejido muscular de roedores, perros y humanos. Dado su ciclo biológico, las formas de contagio y los peligros potenciales que supone para nuestra salud, es una duda habitual de los propietarios, sobretodo si hay una mujer embarazada en contacto con una mascota.

El gato se contagia principalmente cuando come algún roedor infectado, carne cruda (sobretodo cordero o cerdo) con quistes de Toxoplasma, o por contacto con las heces de otros gatos o animales con huevos de este parásito. Después de un breve estadio en el sistema digestivo del gato, donde el parásito se desarrolla, los quistes son liberados por heces durante unas 3 semanas, haciendo posible la transmisión a otros hospedadores potenciales y completando así, el ciclo biológico del parásito.

El único síntoma que aparece a veces, en gatos, es una diarrea que en muchas ocasiones se soluciona por si sola. No acostumbran a mostrar ningún signo evidente y puede pasar inadvertida, siempre y cuando la enfermedad no se extienda más allá del intestino, o el animal sufra otra enfermedad que debilite sus defensas (como por ejemplo la Leucemia felina). En estos casos puede haber afectación del sistema nervioso, del hígado, del sistema respiratorio o de los ojos. En los cachorros acostumbra a resultar fatal por una falta de inmunidad.

Las personas sanas desarrollan defensas si entran en contacto con este parásito, y no supone ningún problema. Pero para enfermos o mujeres embarazadas puede suponer un riesgo para la salud, y se recomiendan ciertas medidas de prevención para evitar la infección. Concretamente, en el caso de la mujer, hay riesgo de afectación del feto durante la gestación, si previamente no han tenido ningún contacto con el parásito, porque su cuerpo aun no dispondrá de las defensas que se producen para combatir la infección desde su entrada. Así pues, el parásito tiene la oportunidad de atravesar la placenta y llegar hasta el feto. Es decir, si previamente la mujer ha estado expuesta a Toxoplasma y ha generado anticuerpos de defensa, el cuerpo reaccionará a tiempo impidiendo la transmisión al feto.

Las precauciones que hay que tomar son las siguientes:

- No alimentar al gato con carne cruda

- No permitir que el gato vaya de caza

- Limpiar diariamente la bandeja donde hace sus necesidades con agua hirviendo

- Utilizar guantes cuando trabajemos en el jardín

- Limpiar meticulosamente aquellos objectos que puedan entrar en contacto con heces de gatos, como por ejemplo juguetes de los niños, útiles de jardinería o verduras frescas.

- Cocinar debidamente los productos cárnicos. El parásito no es resistente a las altas temperaturas.

- Utilizar guantes para manipular carne cruda o limpiarse bien las manos después.

- Congelar la carne durante tres días, hecho que provocará la muerte del parásito

Su doctor le puede informar y tomar medidas en caso de que sea necesario, para detectar si la embarazada está en riesgo. Existen fármacos para combatir el parásito en caso de sospecha, y evitar cualquier daño al feto. Así mismo, existen diferentes pruebas que pueden detectar la presencia de Toxoplasma en nuestra mascota, y tratamientos adecuados, que juntamente con medidas higiénicas de prevención, son suficientes para eliminar los riesgos.

Hay que tomar medidas e informarse, pero no alarmarse. De hecho, las posibilidades de infectarse a través del gato son muy pequeñas. Se tiene que valorar los riesgos y actuar en consecuencia. Es decir, un gato que no caza, que no sale de casa y que se alimenta de pienso, con un buen estado de salud, es poco probable que pueda provocar ningún tipo de problema. Todo y eso, su veterinario puede realizar las pruebas necesarias y aplicar el tratamiento adecuado si hace falta, para eliminar cualquier tipo de peligro.

Ramon Gayo
Veterinario

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