Epilepsia (1ª parte)

¿ En qué consiste ?

La epilepsia es una enfermedad en la que con cierta perioricidad, se registra una actividad electroquímica neuronal anormalmente alta (ataques epilépticos), es decir, un grupo de neuronas de una parte del cerebro, se sobreestimulan y descargan de repente sus neurotransmisores (compuestos químicos con los que se comunican las neuronas) enviando demasiadas señales de actividad al resto del cuerpo, particularmente a los músculos.

Múltiples enfermedades pueden provocar convulsiones que pueden confundirse con las que son originadas por epilepsia; desde enfermedades hepáticas o renales, a niveles inadecuados de azúcar en sangre, intoxicaciones, causas hormonales, infecciones o tumores.

Para diagnosticar esta enfermedad, el facultativo tiene que descartar ciertas enfermedades realizando diferentes pruebas, y si éstas dan negativo, se llega a la conclusión de que es Epilepsia Primaria o Idiopática. Así pues, se diagnostica por exclusión del resto. Tal y como sucede en humanos, las causas que dan origen a esta enfermedad, no están bien descritas todavía. Lo que sí se sabe es que las situaciones sobreestimulantes o excitantes para la mascota pueden desencadenar los ataques epilépticos en animales que padecen dicha enfermedad; no es raro que los propietarios nos digan que antes del episodio epiléptico estaban jugando o que sucedió durante una reunión familiar, en la que había mucha gente.

Existen tres fases en las que se desarrolla el ataque epiléptico.

1. Pre-Ictal o Aura: el animal puede buscar atención del propietario o esconderse, está inquieto y nervioso, tiembla, ladra sin motivo aparente. Esta fase puede durar minutos o incluso horas. Su comportamiento es imprevisible y su reacción es excesiva.

2. Ictus: es la fase en la que sufre el ataque propiamente. Pierde la consciencia y no reconoce a nadie, cae de lado, las extremidades se ponen rígidas y observamos movimientos musculares incontrolados (como si pedaleara); produce más saliva y relaja sus esfínteres (defeca y orina involuntariamente). Puede durar entre 1 y 5 minutos.

En ocasiones el ictus sólo es parcial, donde no siempre hay alteración de la consciencia y sólo hay contracciones de los músculos de la cara, aullidos y desorientación, nerviosismo, dan golpes con la pata y se mordisquean alguna parte del cuerpo.

3. Post-Ictal: el animal se recupera del ictus; todavía se encuentra desorientado, puede presentar ceguera momentánea y chocar con las cosas, saliva, no responde de manera normal a los estímulos, y en ocasiones dormirá durante horas.

Un ataque aislado no es motivo de urgencia, aunque debemos pedir hora en nuestro centro veterinario para realizar una exploración a fondo. Si la mascota presenta varios ataques epilépticos seguidos, o la fase de Ictus (las convulsiones) no para, se dice que está en Status Epilepticus y se trata de una urgencia veterinaria y su vida podría correr peligro.

Ramon Gayo
Veterinario

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