West Highland Terrier

Un pícaro lleno de coraje y valor

Este terrier de origen escocés, aparece como raza a partir de los cachorros blancos de Crin Terrier, antaño rechazados al pensar que eran débiles.

Gracias al mayor Edwar D. Malcom de Polalloch , estos cachorros fueron salvados de una muerte segura, criados y seleccionados hasta que en 1904 fue reconocida la raza con su nombre actual.

A la hora de tener un Westie, se debe tener en cuenta, que aunque no requieren cuidados especiales con respecto a alimentación ni salud, los cuidados de su pelo si que deben ser muy especiales. Tienen dos capas de pelo, una inferior lanosa y una exterior de pelo duro, desde cachorro lo tenemos que acostumbrar al baño y al cepillado así como al ruido del secador, puesto que será necesaria de intervención de un peluquero profesional regularmente, para evitar que la capa de pelo duro desaparezca, muchos Westies domésticos pierden esta característica tan importante al rasurarlos, provocando también que el pelo crezca más rápido y el corte dure menos tiempo. La mejor técnica para mantener su pelaje, es el “strepping”, realizado por un profesional.

Este animal de aspecto blanco y simpático y con cara de pícaro, es en realidad un animal de gran valor y coraje, con un físico sorprendentemente fuerte para su pequeña talla. No se fácil inculcar una severa disciplina al Westie, puesto que su carácter típico de terrier, alocado, independiente y muy inteligente, hacen necesarias para su adiestramiento sensibilidad y firmeza.

Son perros sociables y seguros de si mismos, muy limpios y siempre dispuestos a jugar. Se adaptan a todo tipo de vida, tanto al campo como la ciudad. Es un gran vigilante de la casa y muy afectuoso con los niños. Es en definitiva un excelente animal de compañía.

Tània Salas

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