Diabetes

Un problema de energía

Cuando falla la liberación de Insulina, el azúcar (glucosa) se acumula en sangre, y las células no son capaces de aprovecharlo...

El páncreas es un órgano situado debajo del estómago, que tiene dos funciones:

- libera encimas en el intestino delgado, que son compuestos para la digestión de la comida

- libera Insulina en sangre, que es la hormona que permite a las células utilizar el azúcar.

Cuando falla la liberación de Insulina, el azúcar (glucosa) se acumula en sangre, y las células no son capaces de aprovecharlo. La glucosa es la fuente de energía de las células, y si su absorción falla, el cuerpo busca alternativas: la grasa. Esto puede resultar muy peligroso, ya que los productos de deshecho del uso de la grasa, son ácidos que provocan un desequilibrio, y supone una riesgo muy serio para la vida de la mascota.

Los síntomas de la diabetes se asemejan a los de otras enfermedades, y es necesario realizar un análisis de sangre y de orina para confirmarla o descartarla. Debemos sospechar de diabetes cuando nuestra mascota muestra los siguientes signos:

- Orina más y bebe más: los riñones intentan expulsar el exceso de azúcar por vía urinaria, pero para ello necesitan más agua. Para compensar, bebe más agua. A veces el propietario nota que orina fuera de la bandeja, porque no le da tiempo a llegar.

- Pérdida de peso, por el uso de grasa corporal como fuente de energía

- Aumento del apetito, porque el cuerpo le pide más energía (no es capaz de utilizar el azúcar que hay en sangre). El propietario nota que su mascota pide más comida de lo habitual.

- En fases más avanzadas, están débiles por la falta de energía, y no se encuentran bien por los deshechos que se acumulan como resultado de la utilización de grasas; vomitan, dejan de acicalarse, y a estas alturas pueden perder el apetito.

- Los perros desarrollan cataratas; algunos gatos apoyan más superficie de lo habitual de las extremidades posteriores, por un problema neurológico derivado de la diabetes.

Existen dos tipos de Diabetes, para los que el tratamiento es diferente. Mediante estudios que valoran la respuesta del animal en sus niveles de glucosa, se determina qué tipo padece.

- dependiente de Insulina: el paciente necesita que le administremos insulina, porque no produce suficiente cantidad por si mismo.

- no dependiente de Insulina: el paciente produce Insulina, pero se libera tarde y en exceso, y no tiene un efecto normal sobre las células. Este tipo está asociado a la obesidad en muchas ocasiones

El tratamiento del primer tipo consiste en la administración de Insulina, mediante inyecciones subcutáneas. Es una enfermedad crónica, por lo que necesitará nuestros cuidados el resto de su vida. Además, la dieta será especial para asegurar un aporte de energía constante, en consonancia con la administración de Insulina. Para determinar la dosis que necesita cada paciente, hay que estudiar como se comporta su organismo, y se necesitan hacer modificaciones frecuentes, sobretodo al principio, hasta que se consigue la dosis ideal. Para el segundo tipo de diabetes, muchas veces es suficiente con hipoglucemiantes orales (que hacen bajar el azúcar) y una dieta específica.

En conclusión, vemos que la diabetes es una enfermedad peligrosa, que debe ser tratada para que no suponga una amenaza para su vida. La mayoría de las mascotas tratadas disfrutan de una vida normal con sus propietarios, pero necesitan más cuidados porque no saben lo que les sucede. Simplemente tenemos que variar un poco nuestra rutina y seguir las instrucciones del veterinario.

Ramon Gayo
Veterinario

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